CHE GUEVARA - A 42 años de su caída en combate en Bolivia
autor Edmundo Vera Manzo -Embajador de Ecuador en Uruguay
El Che fue un gran pionero en muchos
campos. Abría caminos donde otros tenían miedo de transitar. Proponiéndoselo
con su ejemplo pone al descubierto y señala a los que toman la opción
preferencial por los más ricos. Señala a quienes expresan palabras bonitas y se llenan los bolsillos de dinero, son
solidarios mientras no le toquen los bolsillos. Los cobardes que tienen un
policía adentro, los burócratas que aparentan trabajar y temen comprometerse
con su país y que no justifican los
sueldos que les pagan, los mediocres que se desperdician con su menor esfuerzo,
los claudicantes que se rinden antes de tiempo, los sin fuerza de voluntad, los
vagos que desperdician sus capacidades, perdidos en temas intrascendentes, y
los pesimistas que siempre encuentran un pretexto para no actuar.
El mayor gesto de desprendimiento de una
persona es cuando entrega, dona su vida al servicio de los demás, de los más
pobres, de la verdad y la dignidad.
Desde mi ángulo de profesor y viendo como
ejemplo que puede servir el Che Guevara para la educación de los niños y los
adolescentes actuales me permitiré examinarlo desde algunos aspectos que
considero que proporcionan ejemplos y valores trascendentales para las nuevas
generaciones.
Lo más importante es que en su conjunto
el Che Guevara fue una persona íntegra e integral. Lo primero en el sentido que
fue una persona coherente, armónica, múltiple, honesta. Integral porque no tuvo
aspectos disarmónicos, poco desarrollados, sino que brilló en múltiples facetas
con sus virtudes extraordinarias que difícilmente se pueden encontrar en una
sola persona.
Si bien era más conocido como hombre de
acción, el Che Guevara era un estudioso en los múltiples aspectos que le tocó
enfrentar en la vida. En las responsabilidades que asumia, estudiaba con ahinco
y reunía a los más grandes expertos para que le explicaran y le ayudaran a
dominar los temas. A diferencia de muchas personas que lo primero que hacen es
aceptar un cargo sin estar preparados y nunca ponerse a estudiar, dependiendo
de otros y que luego son separados cuando llegan a los límites de su
incompetencia por no estar a la altura de la responsabilidad del cargo. El Che
estudiaba profundamente esforzándose al máximo por tener un criterio propio
frente a las diversas teorías, concepciones y opiniones que tiene los demás. El
Che como estudioso es un ejemplo para los niños, adolescentes y jóvenes, él
siempre estaba listo donde lo necesitaban sin expresar como dicen los mediocres
“que de eso no sé” sino que como buen martiano estaba listo para asumir una
responsabilidad donde se lo necesitaba.
El Che Guevara en un discurso en las Naciones Unidas en 1964 se adelantó a lo que ahora está aconteciendo en América Latina cuando dijo que “esta epopeya que tenemos por delante la escribirán las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierras, de obreros marginados
en las ciudades y de intelectuales revolucionarios”. Merece la pena destacar la
jerarquización que hizo a los que ahora hay que agregar a los movimientos y
organizaciones sociales y a la emergente participación de los ciudadanos. No
dijo que en América Latina la “vanguardia” la tenían los obreros o algún sector
específico, repitiendo esquemas europeos y dogmáticos que han hecho tanto daño.
Todo lo contrario, su presencia se hizo fuerte en el París de mayo del 68,
donde los estudiantes desfilaban con su retrato en reconocimiento de su
dimensión.
En lo referente al Che como teórico y
estratega militar, no soy el indicado para evaluarlo y valorarlo. Respeto a los
que asumen las armas por un ideal, no a los que tan solo lo hacen por una paga
y menos a los mercenarios. Me identifico con los que enfrentan las injusticias
con servicios de solidaridad para los “condenados de la tierra”, para que
puedan ver, comer, estudiar, trabajar y que tengan más conciencia de lo que son
y de lo que pueden llegar a ser.
El Che Guevara, tomar las armas es una muestra extrema de sacrificio, de
desprendimiento total de sí mismo al servicio de los más pobres, de los más
miserables. Cuando el Che tenía 28 años escribió a su madre: “No soy Cristo (…)
por las cosas que creo, lucho con todas las armas a mi alcance y trato de dejar
tendido al otro en vez de dejarme clavar en una cruz o en cualquier otro
lugar”. Y en otra carta anterior le advierte: “lanzaste al mundo un pequeño
profeta ambulante que anuncia el advenimiento del día final con estentórea
voz”. Al respecto Leonardo Boff sentencia que no puede haber un aporte sin una
cuota personal de sacrificio, de entrega total y disposición de morir siempre
en la lucha, cuando dice que ‘toda redención, como la de Cristo, se asienta en
una alianza de sangre y muerte”. La liberación se la consigue en la lucha y
también en la muerte donde el espíritu se transmuta.
Los actos heroicos sirven para señalar
nuevos caminos cuando los otros están paralizados por el miedo y pareciera que
la sociedad estuviera muerta. Los actos heroicos se ven como llamas fulgurantes
que se clavan en la oscuridad de la noche brillando hasta la inmortalidad. La
situación de José Martí, Eloy Alfaro, el Che Guevara y tantos héroes del pasado
y del presente lo hicieron sabiendo que podían morir en cualquier instante, que
se convertiría en la transmutación de su espiritualidad.
El Che fue un gran periodista, cronista
de su época. Colaboró con la memoria histórica para que en los momentos cumbres
no le caiga la loza del olvido y se encuentre vivo como a todos los que a pesar
de cientos y miles de años, les recordamos. “Muertos no son los que yacen
inertes en la tumba fría sino los que viven con el alma muerta”. Mientas exista
memoria, existe vida. Con la memoria vive lo más importante que es el espíritu,
los valores trascendentales que se sedimentan con el tiempo y sobreviven a la
realidad histórica donde existieron.
La mejor forma para demostrar que el Che
vive es que pensemos en él y en su ejemplo.
Termino esta reflexión con la frase del
Che, que utiliza para concluir casi todos sus discursos el presidente Rafael
Correa: ;Hasta la victoria siempre...
Resumen Latinoamericano.
autor Edmundo Vera Manzo -Embajador de Ecuador en Uruguay
El Che fue un gran pionero en muchos
campos. Abría caminos donde otros tenían miedo de transitar. Proponiéndoselo
con su ejemplo pone al descubierto y señala a los que toman la opción
preferencial por los más ricos. Señala a quienes expresan palabras bonitas y se llenan los bolsillos de dinero, son
solidarios mientras no le toquen los bolsillos. Los cobardes que tienen un
policía adentro, los burócratas que aparentan trabajar y temen comprometerse
con su país y que no justifican los
sueldos que les pagan, los mediocres que se desperdician con su menor esfuerzo,
los claudicantes que se rinden antes de tiempo, los sin fuerza de voluntad, los
vagos que desperdician sus capacidades, perdidos en temas intrascendentes, y
los pesimistas que siempre encuentran un pretexto para no actuar.
El mayor gesto de desprendimiento de una
persona es cuando entrega, dona su vida al servicio de los demás, de los más
pobres, de la verdad y la dignidad.
Desde mi ángulo de profesor y viendo como
ejemplo que puede servir el Che Guevara para la educación de los niños y los
adolescentes actuales me permitiré examinarlo desde algunos aspectos que
considero que proporcionan ejemplos y valores trascendentales para las nuevas
generaciones.
Lo más importante es que en su conjunto
el Che Guevara fue una persona íntegra e integral. Lo primero en el sentido que
fue una persona coherente, armónica, múltiple, honesta. Integral porque no tuvo
aspectos disarmónicos, poco desarrollados, sino que brilló en múltiples facetas
con sus virtudes extraordinarias que difícilmente se pueden encontrar en una
sola persona.
Si bien era más conocido como hombre de
acción, el Che Guevara era un estudioso en los múltiples aspectos que le tocó
enfrentar en la vida. En las responsabilidades que asumia, estudiaba con ahinco
y reunía a los más grandes expertos para que le explicaran y le ayudaran a
dominar los temas. A diferencia de muchas personas que lo primero que hacen es
aceptar un cargo sin estar preparados y nunca ponerse a estudiar, dependiendo
de otros y que luego son separados cuando llegan a los límites de su
incompetencia por no estar a la altura de la responsabilidad del cargo. El Che
estudiaba profundamente esforzándose al máximo por tener un criterio propio
frente a las diversas teorías, concepciones y opiniones que tiene los demás. El
Che como estudioso es un ejemplo para los niños, adolescentes y jóvenes, él
siempre estaba listo donde lo necesitaban sin expresar como dicen los mediocres
“que de eso no sé” sino que como buen martiano estaba listo para asumir una
responsabilidad donde se lo necesitaba.
El Che Guevara en un discurso en las Naciones Unidas en 1964 se adelantó a lo que ahora está aconteciendo en América Latina cuando dijo que “esta epopeya que tenemos por delante la escribirán las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierras, de obreros marginados
en las ciudades y de intelectuales revolucionarios”. Merece la pena destacar la
jerarquización que hizo a los que ahora hay que agregar a los movimientos y
organizaciones sociales y a la emergente participación de los ciudadanos. No
dijo que en América Latina la “vanguardia” la tenían los obreros o algún sector
específico, repitiendo esquemas europeos y dogmáticos que han hecho tanto daño.
Todo lo contrario, su presencia se hizo fuerte en el París de mayo del 68,
donde los estudiantes desfilaban con su retrato en reconocimiento de su
dimensión.
En lo referente al Che como teórico y
estratega militar, no soy el indicado para evaluarlo y valorarlo. Respeto a los
que asumen las armas por un ideal, no a los que tan solo lo hacen por una paga
y menos a los mercenarios. Me identifico con los que enfrentan las injusticias
con servicios de solidaridad para los “condenados de la tierra”, para que
puedan ver, comer, estudiar, trabajar y que tengan más conciencia de lo que son
y de lo que pueden llegar a ser.
El Che Guevara, tomar las armas es una muestra extrema de sacrificio, de
desprendimiento total de sí mismo al servicio de los más pobres, de los más
miserables. Cuando el Che tenía 28 años escribió a su madre: “No soy Cristo (…)
por las cosas que creo, lucho con todas las armas a mi alcance y trato de dejar
tendido al otro en vez de dejarme clavar en una cruz o en cualquier otro
lugar”. Y en otra carta anterior le advierte: “lanzaste al mundo un pequeño
profeta ambulante que anuncia el advenimiento del día final con estentórea
voz”. Al respecto Leonardo Boff sentencia que no puede haber un aporte sin una
cuota personal de sacrificio, de entrega total y disposición de morir siempre
en la lucha, cuando dice que ‘toda redención, como la de Cristo, se asienta en
una alianza de sangre y muerte”. La liberación se la consigue en la lucha y
también en la muerte donde el espíritu se transmuta.
Los actos heroicos sirven para señalar
nuevos caminos cuando los otros están paralizados por el miedo y pareciera que
la sociedad estuviera muerta. Los actos heroicos se ven como llamas fulgurantes
que se clavan en la oscuridad de la noche brillando hasta la inmortalidad. La
situación de José Martí, Eloy Alfaro, el Che Guevara y tantos héroes del pasado
y del presente lo hicieron sabiendo que podían morir en cualquier instante, que
se convertiría en la transmutación de su espiritualidad.
El Che fue un gran periodista, cronista
de su época. Colaboró con la memoria histórica para que en los momentos cumbres
no le caiga la loza del olvido y se encuentre vivo como a todos los que a pesar
de cientos y miles de años, les recordamos. “Muertos no son los que yacen
inertes en la tumba fría sino los que viven con el alma muerta”. Mientas exista
memoria, existe vida. Con la memoria vive lo más importante que es el espíritu,
los valores trascendentales que se sedimentan con el tiempo y sobreviven a la
realidad histórica donde existieron.
La mejor forma para demostrar que el Che
vive es que pensemos en él y en su ejemplo.
Termino esta reflexión con la frase del
Che, que utiliza para concluir casi todos sus discursos el presidente Rafael
Correa: ;Hasta la victoria siempre...
Resumen Latinoamericano.
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