lunes, 26 de mayo de 2008

DERECHOS HUMANOS EN LAS CARCELES...

JUJUY - ARGENTINA
DERECHOS HUMANOS EN LAS CÁRCELES...



Nos interesó informarnos sobre el trabajo que realiza la Comisión de Derechos Humanos (CDH) en las cárceles de nuestra Provincia:, Unidad Nº 2 de Menores Varones; Unidad Nº 3 de Mujeres Mayores y Menores; Unidad Nº 4 de Varones; Unidad Nº 8 de Internos Federales; y Escuadrón Nº 22 de Gendarmería.
Encontramos un grupo de personas muy peculiar por el hecho de ir más allá de su desempeño laboral; ellos no lo consideran un trabajo ya que se sienten agradecidos y gratificados por la retribución a nivel humano que reciben al vivenciar esta experiencia en un ambiente que para muchos no es muy conocido.
Néstor Martínez, Gabriela Ranzoni, Claudia Taboada (Clau), Patricia Estrada (Pato), Elvia Colque y Gustavo López son el grupo de la CDH que brindan asistencia a los reclusos, entre otras actividades que realizan. Desempeñan esta función desde hace 4 años trabajando en forma conjunta con el Servicio Penitenciario, realizando tareas en gral. entre ambas Instituciones, por ejemplo: olimpiadas de invierno y verano, entrega de certificados de estudios, etc.
Al comienzo se les brindaba espacio físico en una oficina de la penitenciaría para hablar con los internos. Con el tiempo y generando más confianza se mezclaron con la población carcelaria formando parte de las “ranchadas” y así lograron mejor contacto a nivel personal, rompiendo de manera positiva el formalismo que muchas veces delimita el contacto humano, conociendo así sus necesidades y llegando a entablar una relación de contención ya que algunos internos quieren sólo hablar, sentir que alguien los escucha… “…Nos sentimos bien brindándoles ayuda, sacarles una sonrisa no llena…”, nos comentaba Elvia.
Se encargan también de agilizar los trámites en las causas de los reclusos -algunos no tienen sentencia después de los dos años que impone la ley- o los abogados que da el Estado no se desempeñan correctamente, entorpeciendo con la desidia el progreso de la Justicia. “…No es fácil, a veces se nos cierran puertas…”, expresaba Clau, pero con constancia y paciencia siguen buscando soluciones para que se respeten los derechos de los internos.
Interceden con las autoridades para conseguir permisos especiales cuando el interno goza de buena conducta, por ejemplo, fallecimiento de una familiar, entre otros. Algunos internos no reciben visitas debido a que vienen del interior y ellas les brindan esa compañía faltante y contención. Tienen trato con los familiares de los internos siendo un vínculo para unir a las familias muchas veces desvinculadas por diversas circunstancias.
El grupo de DH observó que el problema que se vive –como en tantas cárceles- es el hacinamiento y sobrepoblación que se vio un poco descomprimida por las derivaciones a la Unidad Nº 22. Por ende esta situación genera circunstancias adversas tanto para los internos como para el Servicio Penitenciario. Otra mejora que se podría realizar es romper el formalismo que existe entre los profesionales -psicólogos, doctores, etc.- con los internos, para lograr así una relación más humana y mejorar el bien común.
Asisten a los internos con problemas de adicción (drogas, alcohol), ya sea que les pidan ayuda u observen una patología de este tipo derivándolos a las dependencias pertinentes, siguiendo después su progreso para mejorar la calidad de vida del recluso. El Servicio Penitenciario no puede hacer ciertas mejoras en la Institución por falta de fondos, originando así una situación adversa en todo sentido.
Algo muy importante es la reinserción social: el Servicio Penitenciario brinda cursos de diversos oficios (herrería, carpintería, etc.), con los cuales -al salir- pueden usar como sustento laboral. Así también la CDH, en conjunto con capacitadotes del Movimiento Socio Cultural “Tupaj Katari”, dicta talleres de folklore, teatro, quechua, entre otros; generando expectativas y proyectos para mejorar la calidad de vida, buscando con estas herramientas no reincidir procurándose un provenir productivo y positivo para ganarse la vida.
Al recuperar su libertad se les brinda ayuda para reinsertarse en la sociedad intentando conseguirles un trabajo y que sigan participando en diversos talleres que se dictan en los galpones de la Vieja Estación. Pero esto depende de los internos debido a que en ellos está la voluntad de mejorar su vida y su entorno.
Las chicas de la CDH realizan cursos cuando los hay… para capacitarse y poder desempeñar mejor su función en todos los aspectos, “…lo que más nos enseñó fue la experiencia, el tratar a la otra persona con respeto…”, nos relataba Pato, entablando una relación de confianza y calidez entre ellas y los internos, buscando mejorar el ambiente carcelario.
Los reclusos, al igual que su familia, no gozan de un bienestar económico, la mayoría no puede cubrir sus necesidades básicas; y en ese sentido el grupo de DH les brinda asistencia. En lo personal pienso que esto es algo para resaltar ya que estas personas van más allá de su trabajo porque con su sueldo –que es de tan sólo $360 y teniendo familia para mantener- proveen de ayuda económica a los internos y su familia. Creo que además de adquirir la experiencia laboral crecieron en lo humano y espiritual, conociendo y vivenciando otra realidad como es la cárcel, apareciendo así un sentido de altruismo que muchos de nosotros –estando inmersos en nuestros mundos- no nos damos cuenta, nos deshumanizamos y desensibilizamos con nuestro entorno.
Este es en parte el trabajo que realiza la Comisión de Derechos Humanos en las cárceles, ayudándolos, brindándoles asistencia y una post reinserción social.
Nos hicieron un pedido de ropa y calzados para los internos. Los mismos pueden donarse en la Comisión de Derechos Humanos que funciona en la Vieja Estación, de Lunes a Viernes en el horario de 8:00 a 11:00 y de 17:00 a 20:00.
Agradecemos la buena predisposición de Clau, Pato y Elvia para realizar la nota y mostrarnos en qué consiste su trabajo y cómo lo vivencian.

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