martes, 13 de noviembre de 2007

Criminalización de la Pobreza

CRIMINALIZACION DE LA POBREZA.

El mundo social nutre a la subjetividad de significaciones para interpretar la realidad, al mismo tiempo que fabrica socialmente al sujeto.

A partir de una práctica comunitaria desarrollada con jóvenes de sectores pobres, habitantes de barrios periféricos de la ciudad de Córdoba. Iniciándose en el año 2001, como alumnas de la cátedra de Estrategias de Intervención Comunitaria (Facultad de Psicología, UNC). Iniciamos un trabajo desde el cual focalizamos la intervención en la problemática de los jóvenes con las fuerzas de seguridad. Esto implicaba estar atentos a lo que les pasaba a los jóvenes, en esta relación puntual. Al escuchar, sensibilizarnos a partir de relatos que hablan de abusos, de violencia, de angustia, de la vigencia de prácticas de tortura y muerte. Surgen interrogantes acerca de cual es el impacto subjetivo en los jóvenes y sus familias, de esta agudización en los modos de control, represión en las calles, y dentro de las cárceles.
El trabajo en terreno nos acercó a familiares, amigos, vecinos, de jóvenes asesinados por las fuerzas de seguridad.
La participación en diferentes espacios como la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos, la Comisión Intersectorial por la Situación Carcelaria. La organización de Foros para pensar la problemática de la Seguridad nos hizo ver la necesidad de asumir modos más plurales de leer e intervenir en la problemática. No sólo por la agudeza del dolor social provocado en las victimas directas de muertes violentas en manos de las Fuerzas de Seguridad, sino también por las implicancias individuales, familiares y comunitarias, en los niveles sociales, político y jurídico que la materialidad de los hechos presentan.
Así se configuran contextos de discusión en relación a las categorías con las que pensamos la realidad, categorías con las que intervenir y trabajar sobre la realidad.
En estos escenarios, destacamos la conjugación de: prácticas histórico represivas por parte de las fuerzas de seguridad hacia los sectores pobres, nuevas formas de organización policial a partir de políticas de seguridad basadas en la doctrina de “Tolerancia Cero”, sostenidas desde la ideología de la criminalización de la pobreza. Lo que produjo y produce un incremento en las situaciones de violencia, abuso de poder y muertes violentas, ejercidas por las fuerzas de seguridad.

CONSECUENCIAS DE LA REPRESIÓN POLICIAL.

Enfatizamos en el carácter esencialmente dialéctico de la herida causada por la violencia prolongada en una situación de conflicto.
Diferenciando Trauma, Trauma psíquico y trauma social. El primero se refiere a una herida, a una vivencia o experiencia que deja huella, que marca. El segundo es la particular herida que una experiencia difícil o excepcional deja en una persona y el tercero tiene que ver como algún proceso histórico puede haber afectado a toda una población.
Consideramos que en la situación que enfrentan los familiares y allegados a los jóvenes asesinados por las fuerzas de seguridad, hablamos de los tres tipos de traumas descriptos, representando una situación de emergencia social. Emergente de las actuales condiciones sociales y políticas.
La muerte de jóvenes, por las fuerzas de seguridad. Es responsabilidad del Estado, son los efectos logrados a partir de la implementación de políticas de seguridad de “mano dura”.
Sin embargo, esta responsabilidad busca diluirse en el conjunto social, en las familias de los jóvenes, generando grandes montos de culpa y angustia.

UN NUEVO ROL DE LOS FAMILIARES.

En los casos de mujeres amas de casa, pasan a ocupar un rol activo en los planos jurídico, social y político y esta modificación determina la realización de procesos de aprendizaje que refuerzan las capacidades vinculadas a la simbolización.
El mundo social nutre a la subjetividad de significaciones para interpretar la realidad, al mismo tiempo que fabrica socialmente al sujeto. Entonces, ¿Que sucede cuando este mundo social ofrece la posibilidad de justificar que jóvenes sean asesinados desde la perspectiva de la criminalización de la pobreza? ¿Qué efectos producen en las familias, en los amigos, de los jóvenes muertos por la policía? No cumple con el requisito mínimo de ofrecer un sentido que de cuenta del origen del sufrimiento, de las representaciones que lo constituyen.
Es así que las condiciones políticas permiten o impiden a las victimas un trabajo de construcción de una verdad acerca de las causas de su sufrimiento, trabajo que podrá en juego el cuestionamiento de interpretaciones sociales, cargadas de certezas; y una prueba de verdad cuya garantía social dependerá de las relaciones de poder puesta en escena.
Entendemos la necesidad de promover movimientos de interpelación hacia las propias interpretaciones acerca de los hechos, hacia las causas que explican el propio sufrimiento. Ya que creemos que es en este espacio subjetivo donde se encuentran las significaciones procedentes de los discursos hegemónicos que promueven la desvinculación social y la culpabilización de las familias.
Los discursos sobre inseguridad, dividen la sociedad en dos: una parte es la criminal, la otra la productiva. Lo que genera enfrentamiento entre sectores sociales, reconocimiento diferencial de derechos, desigualdad de oportunidades.
La inseguridad se convierte así en un negocio, una mercancía, que se compra (vigilancia privada, rejas, barrios cerrados, alarmas). Y por eso, hay una “sensación de inseguridad”, que es la inflación de casos delictivos para generar temor, y sirve como herramienta de control social (unos detrás de un tipo de rejas, otros detrás de otras)
La construcción de lo que entendemos por inseguridad en este contexto, esta ligada, a no poder cubrir las expectativas de una vida digna, no tener trabajo, no tener acceso a la salud y a la educación. Refiere a la discriminación y criminalizacion de la pobreza.


PAULA LUZI.

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