jueves, 11 de marzo de 2010

Argentina, Jujuy: La usurpación sojera de Palma Sola



En la localidad de Palma Sola, al este de la provincia de Jujuy, ocupando hace ya más de 105 años un terreno de 1.000 hectáreas, conviven 6 familias dedicadas a la ganadería, pobladoras ancestrales del territorio. Con paciencia y trabajo han logrado construir una escuela, una sala de primeros auxilios, conservar sustentablemente los recursos de la zona y vivir de ellos; no habían logrado superar, a pesar de algunas exigencias, la fría indiferencia de la administración provincial y nunca lograron concretar la titularidad formal de las tierras que reclaman desde hace varios años. Pero la historia de estas familias cambió notablemente. Desde hace dos años, su finca La gran largada está siendo usurpada por piratas del agronegocio.

Una empresa con relaciones

Al comienzo, la apropiación fue urdida desmontando furtivamente el sector donde se ubicaba la hacienda de las familias, envenenando vacas y baleando caballos.
En septiembre del año pasado, el ingeniero agrónomo Eladio Gómez Salmoral y Eusebio Díaz, ambos empleados de la empresa CRAM S.A , se instalaron cómodamente en el patio de la casa de la familia Mamani, con el objetivo de seguir arrasando con su campo. Todo fue hecho sin pudor y sin explicaciones, bajo el amparo de un título que fue comprado a 650.000 dólares: ese es el precio que tiene la vida de las familias que pueblan La gran largada; ese es el precio por el que se cedió un territorio fiscal de 9.657 hectáreas a la empresa sojera CRAM S.A. para que, a sus anchas, extienda un poco más su imperio de yuyos, fumigaciones y gilosofato.
El presidente de CRAM (empresa constituida en el 2004) es René Augusto Macedo y su director titular es René Alberto Macedo Lagrottería (secretario de la gobernación jujeña, nombrado en diciembre pasado). Son familiares directos de Horacio Macedo, el embajador argentino en Bolivia.
El 30 de diciembre, lejos de esperar con tibios festejos el fin de año, los Mamani soportaban la violencia de los empleados de CRAM, quienes volvían a entrar a su territorio -esta vez armados con palos y armas de fuego- para robar madera del monte. Juan Mamani sufrió al ver como le pisaban los dedos a su abuelo y como golpeaban y arrastraban por el piso a su abuela de 80 años. Se le ocurrió que para espantar a la patota, podía disparar unos tiros al aire. La policía llevó presos a sus hijos Gloria, Armando y Agustín (fueron liberados unas horas después) y Juan Mamani, quien volvió a su casa luego de 5 días en la cárcel.

Los testimonios

La gente de Palma Sola sabe que corre peligro y se está organizando con el Movimiento Nacional Campesino Indígena -Vía Campesina. Su tarea es difícil, y aunque deben sortear a un titán financiero no se dan por vencidos. Gloria Mamani, la nieta de la anciana golpeada, habló con lavaca sobre la usurpación en Palma Sola:
“Hace dos años que están desmontando, pero un poco más atrás, donde estaba la hacienda. En un sector no tan cercano a la casa. No nos tocaban directamente a nosotros, aunque sí a nuestros animales.” Originalmente, la tierra de su finca no podía soportar el cultivo de porotos o de soja, pero el avance en la bio-genética permitió que, desde hace dos años, ese territorio se convierta en un jugoso emplazamiento para las semillas de CRAM.
Gloria continúa: “No respetan nada, ni el impacto ambiental; armaron un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en la casa de gobierno, allá en Jujuy, capital.” El plan fue decretado por el poder ejecutivo provincial, no se filtró por audiencias públicas ni participaron en su realización -tampoco fueron consultados- las comunidades campesinas e indígenas de la provincia. Según la ley nacional de protección de bosques nativos, ese plan de ordenamiento está conformado para delimitar zonas donde el desmonte esté prohibido, y otras en las que se conceda un uso sustentable.
El color del dinero

Según este plan, a los territorios se les asigna un color: el rojo (prohibición de desmonte), amarillo (desmonte parcial) y verde (sector desmontado). Gloria cuenta con impotencia cómo fueron cambiando poco a poco los colores asignados a su territorio, y de esa manera lograban devastarlo cada vez más. El BID otorgó un crédito de 3.000.000 de pesos a CRAM para compras “de inmueble rural para tareas de desmonte y explotación.”
La empresa ni siquiera toma fuente de trabajo lugareña; llevan máquinas y herramientas desde Santa Fe y con “dos locos que están con tractores día y noche, en unas horas ya ocupan muchos kilómetros,” relata Gloria.
El miércoles que viene se presentará un amparo a la justicia para tratar de frenar los asedios de CRAM. Gloria:Nos amenazan con que nos van a prender fuego la casa, y con que nos van a llevar a la ruta. Nos matan a los perros que mueven la hacienda. ¿Cómo pueden hacer esa cosa tan maligna? Nosotros tenemos que seguir esperando a la justicia, cuando la justicia está a favor de ellos. Resistimos, pero de a poco, nos desalojan.”

FUENTE: Boletin Informativo Movida Ambiental


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Publicado por TUPAJ KATARI para ECOLOGIA Y AMBIENTE MTK - JUJUY -

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